Se aplica exclusivamente a la remediación de agua subterránea, tanto a la extracción de la fase libre no acuosa como a hidrocarburos disueltos.
Aunque requiere la implementación de sistemas complementarios para la limpieza de los hidrocarburos alojados en suelos y la franja capilar (que de otra forma impactarían nuevamente sobre la capa acuífero) es el sistema más utilizado para el saneamiento del agua subterránea.
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